De Brevas a Higos, la higuera dicta el principio y el fin del verano.
De higos a brevas es una conocida expresión sinónima de De uvas a peras usada para indicar que algo ocurre cada mucho tiempo y que nos sirve para recordar la diferencia entre ambos frutos. Ambos de la higuera (Ficus Carica), que como otros frutales puede tener dos floraciones: Los higos maduran al final del verano, y lo que serán las brevas quedan en el árbol, latentes en forma de botones, que madurarán en primavera. No todas las higueras producen brevas, las afortunadas que si los producen son las bíferas o breveras.
La higuera proviene de Asia, aunque muchos siglos atrás ya se habían propagado por el mediterráneo hasta el punto de ser consideradas en la actualidad como fruta de esencia mediterránea, y de la más apreciadas de nuestra riqueza frutal. Mallorca a finales del siglo XVIII era un inmenso higueral con más de 12.000 hectáreas.
Se suelen presentar, según variedad, procedencia y clima en diferentes coloraciones, existen más de 700 especies no todas comestibles.
Su maduración es crítica, ceden poco al tacto, son delicados de manipular y conviene se tenga especial atención en el tiempo de consumo, de ahí que sea un fruto consumido en su mayoría seco. Es precisamente en este aspecto en el que están trabajando los grandes productores, desarrollando los embalajes más avanzados del sector agrícola.
El higo, una infrutescencia (un conjunto de frutos en uno), tiene un alto valor alimenticio pues proporcionan energía, minerales y abundante fibra. Su porcentaje de grasas y proteínas es mínimo, aporta minerales como calcio y magnesio, especialmente concentrados en el higo seco. Su fibra ayuda a controlar los niveles de colesterol y glucosa y facilita la digestión ayudando a controlar el peso.
¡Buen verano!